El coste de no hacer nada

Cada señoría del Congreso o del Senado nos debe 5,5 millones de euros. ¿Nos los van a devolver? ¿Se los vamos a exigir? 

Desde las elecciones del pasado Diciembre estamos viviendo una época inédita en la corta historia democrática española. La mayoría de los analistas prevén que el tiempo nos lleva inevitablemente a nuevas elecciones a modo de segunda vuelta. Si esto no lo remedia un acuerdo de última hora, el escenario más positivo para dejar de tener un “Gobierno en funciones” se nos va a principios del otoño, casi un año más tarde de las elecciones y un año desde que se desconvocaron las Cortes allá en Octubre pasado.

Incumplir no puede salir gratis. En la Monarquía Parlamentaria Española, los ciudadanos eligen a sus Señorías de acuerdo a la ley electoral. El parlamento legisla, pero quien ejecuta lo legislado es el Gobierno o Ejecutivo, y la formación de ese Ejecutivo es el primer mandando de sus Señorías una vez constituidas las Cortes con su presidente al frente. Un Gobierno en funciones tiene un mandato muy restringido que, aunque pueda ser interpretado con cierta flexibilidad, se limita a ejecutar lo ya aprobado (p.ej. Los presupuestos), a temas de gobernanza del día a día y en general a tareas equivalentes a las que tendría un servicio de guardia a la espera del Gobierno definitivo que emane de la nueva voluntad popular. Por tanto, si no hay Gobierno elegido por sus Señorías, no se puede ejecutar lo que emana de la voluntad expresada por la ciudadanía en las últimas elecciones. En otros ámbitos de la vida, si uno delega en alguien una tarea con una serie de instrucciones, y ya en la primera de ellas es incapaz de consensuar un acuerdo, sería entendible considerarlo un fracaso. Si además esto nos obligase a tener que volver a empezar, el fracaso sería una carga. Y si encima esto nos cuesta un dinero substancial, el fracaso y la carga se convierten en auténtico bochorno.

Me gustaría hablar de la carga de sus Señorías, en concreto de la económica. Que esta etapa no nos ha salido gratis es una obviedad. Sin embargo, no he visto un estudio detallado de cuál puede ser el coste de esto más allá de los datos obvios, esto es, que unas elecciones vienen a costar al erario público unos 140 millones de euros y una sensación de pérdida de tiempo insoportable. Me gustaría ayudar en la medida de lo posible a poner algo de orden en este asunto.

En primer lugar el sueldo de los Diputados (350) y Senadores (266). Se estima el salario de sus Señorías en unos 60,000 euros al año de media, lo que implicaría unos 35 millones de euros. Podría parecer una cantidad significativa, pero no lo es. Veamos otros capítulos de coste. Si tenemos en cuenta que la previsión de crecimiento que el gobierno hizo para 2015 fue del 3.3% y acabó siendo del 3,2%, cabría esperar que la previsión para este año el grado de acierto fuera en principio similar. Sin embargo esta misma semana el “Gobierno en funciones” a reajustado estas previsiones desde un 3.0% a un 2.7%. Una desviación de 0,3% frente a un 0,1% del año anterior. ¿Es asumible que toda esta bajada adicional sea debida la falta de actuaciones del gobierno interino? Tal vez todo no, pero en cifras estamos hablando de más de 2,000 millones de euros. Pongan ustedes el porcentaje de asignación que crean conveniente, sigue siendo una cantidad enorme comparada con los sueldos de sus señorías.


Otro aspecto es el de las inversiones. El año pasado la inversión extranjera creció en España cerca del 10% hasta superar los 22.000 millones de euros. Sin embargo ya en el último trimestre del año 2015 estas desaceleraron más de un 30% con respecto al trimestre anterior. Mucho nos tememos que los nuevos datos corroboren dicha desaceleración. ¿De cuánto estamos hablando? Si la tendencia fuese la misma estaríamos hablando de un impacto de alrededor de los 6,000 millones de euros. Aquí también dejo al lector asignar el porcentaje que se quiera sobre qué porcentaje es aplicable directamente a sus señorías y cuál a factores de toda índole como coyuntura internacional, precios de la energía, competitividad, etc…

Estos son factores que podríamos considerar medibles. Hay otros factores que intuitivamente nos parece claro que tienen una influencia, sin embargo ésta puede ser más complicada de cuantificar. Por ejemplo, ¿qué impacto tiene la falta de gestión activa en la reducción de la deuda? Ejemplos hay varios desde a nivel nacional como a nivel autonómico. Si cogemos el caso de Cataluña y la Comunidad de Madrid, con PIB’s muy similares, observamos que ambas tenían una deuda similar al principio de la crisis, y que ahora representa más del doble (72 mil millones, frente a los 27 mil millones de la Comunidad de Madrid). ¿Cuál es el coste de dicha interinidad no ya en pago de intereses sino sobre todo en la sangría de recursos bloqueados que no se pueden utilizar para otros menesteres? Seguro que algunos miles de millones ya son.

¿Cuál es el perjuicio de tener un gobierno en funciones que no puede reaccionar adecuadamente a los retos y oportunidades de un mundo global, cambiante y que no nos espera a que nos pongamos de acuerdo? Dejar que otros pasen primero, ir a rebufo en el mejor de los casos (Cuba, USA, países árabes, Rusia, Azerbaiyán, etc…)

Los señores y señoras diputados y diputadas senadoras y senadores nos están costando sin duda más de 3,500 millones de euros este añito por no hacer nada. Salen a más de 5,5 millones de euros por cabeza. Cada uno de ellos nos debe 5,5 millones de euros a los españoles, ¿nos los van a devolver? ¿Se los vamos a exigir? No hacer nada no puede salir gratis.

Francisco Canós

@canosfm

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